CULTURA
‘100 años de Patrocinio. 1923-1973-2023’: Una Señorita por la que no han pasado los años

Entrada de la exposición.
Javier Rincón
SEVILLA
29/10/2023
La hermandad del Cachorro se encuentra celebrando una exposición dedicada a su titular mariana con motivo del centenario de la primera salida procesional y del cincuentenario de la realización de la actual imagen, dentro del extenso programa de actos y cultos extraordinarios presentado por la corporación para conmemorar dicha efeméride. La exposición hace un recorrido por la historia, patrimonio y devoción que atesora esta dolorosa trianera, centrándose en varios hitos como el origen de la advocación o el incendio en el que se perdió la primitiva talla.
La exposición se desarrolla en la Fundación Cajasol, ocupando varias salas de este espacio expositivo que ya ha albergado en los últimos años numerosas muestras dedicadas a las hermandades de Sevilla y provincia, como la que celebró la hermandad del Santo Entierro la pasada Cuaresma, enmarcada en los actos del 775 aniversario de la restitución del culto cristiano, o las que se dedicaron a la Virgen de Valme con motivo del cincuentenario de su coronación canónica y al Lunes Santo sevillano para conmemorar su primer centenario.
Sala Murillo (planta baja)
La primera obra que encontramos es una pareja de ángeles del siglo XVII -atribuidos al círculo de Pedro Roldán- que plasma a la perfección el incendio de 1973: uno pudo ser salvado, pero el otro se encuentra prácticamente calcinado. Es lo mismo que ocurrió con las imágenes titulares, ya que el Cristo de la Expiración se salvó pero la primitiva Virgen del Patrocinio fue pasto de las llamas y sólo se conservan sus cenizas, depositadas en el interior de la actual imagen.

Pareja de ángeles.
La Sala Murillo alberga una de las obras más destacadas de la exposición: la corona de salida de la Virgen, realizada en oro de ley y brillantes por el orfebre Fernando Marmolejo Camargo. Esta presea, una de las más valiosas de la Semana Santa de Sevilla, curiosamente fue realizada para la primitiva talla pero la terminó estrenando la actual dolorosa de Luis Álvarez Duarte. La corona se encuentra justo en el centro de la sala, pudiéndose rodear para contemplarla desde distintos ángulos.

Corona de oro.
En la misma sala podemos observar dos libros de reglas de la hermandad, fechados en 1691 y 1789. Lo más llamativo de estas dos piezas es que en una de ellas aparece una pintura del crucificado de la hermandad del Museo, que comparte advocación con el de la hermandad del Cachorro y, en la otra, una pintura de la Virgen del Amparo de la Magdalena, cuya advocación está estrechamente vinculada con la del Patrocinio (ambas celebran su onomástica el segundo domingo de noviembre). Muchos de los asistentes al acto de inauguración de la exposición se quedaron sorprendidos al comprobarlo, algunos de ellos incluso hermanos de la corporación que también lo desconocían.

Libros de reglas antiguos.
Más adelante encontramos una serie de insignias que forman parte del cortejo de la Virgen en la estación de penitencia del Viernes Santo: el mediatrix y el sine labe, ambos diseñados por Ignacio Gómez Millán y bordados en el taller de José Caro Márquez. Junto a estas dos insignias se encuentran dos piezas antiguas que ya no forman parte del cortejo: una vara de plata de principios del siglo XIX y una interesante pintura que, probablemente, formase parte de un simpecado que ya no conserva la hermandad.



Mediatrix. Sine labe. Vara de plata y pintura.
Seguidamente observamos una de las obras más valiosas de la exposición: se trata de una magnífica imagen escultórica de San José, fechada en la segunda mitad del siglo XVIII y de autor desconocido. Es propiedad de la hermandad, habiendo llegado incluso a presidir la capilla anexa a la basílica.

Talla de San José.
Sala Murillo (planta alta)
En la planta alta de la Sala Murillo nos dan la bienvenida dos grandes murales con imágenes de la actual y de la antigua dolorosa de la hermandad, siendo uno de los numerosos guiños al carácter histórico -y no sólo patrimonial- de la exposición. Junto a ellos se encuentra una pieza con un gran valor histórico y sentimental: la saya más antigua que se conserva de la primitiva imagen. Se trata de una obra singular en su diseño y realizada con materiales inusuales para este tipo de piezas, lo que le confiere gran personalidad.



Fotografías de la primitiva dolorosa. Saya antigua. Proceso de ejecución de la actual imagen.
Otras piezas con connotaciones históricas son la corona de plata dorada -reproducción de una anterior de Francisco Bautista Lozano- realizada por Joaquín Ossorio en 1998, cuando la actual imagen cumplió 25 años, y la recuperación de la saya que lucía la primitiva dolorosa cuando se quemó, cuyo diseño ha reinterpretado Javier Sánchez de los Reyes a través del archivo fotográfico de la corporación. Bordada por Francisco Carrera Iglesias, esta saya se ha presentado en la propia exposición, convirtiéndose en una de las piezas que más interés ha suscitado, y supone el principal estreno patrimonial de la hermandad en el año del cincuentenario. Tanto la corona como la saya son fruto de donaciones, en el empeño de los hermanos por recuperar el patrimonio perdido.

Corona de plata dorada.
Esta sala también alberga algunas de las piezas más icónicas del ajuar de la Virgen, como el manto de camarín -recientemente restaurado- del taller de José Caro Márquez, bordado en oro fino sobre terciopelo burdeos; y las dos sayas de salida, que siguen el estilo artístico del palio y fueron realizadas ya para la actual dolorosa. La azul fue diseñada por Álvarez Duarte -el propio autor de la imagen- y realizada en el taller de los sobrinos de José Caro en 1975. La blanca es posterior, de 1993, y fue bordada en el taller de Fernández y Enríquez bajo diseño de Antonio Garduño Navas.



Saya azul de salida. Manto de camarín. Saya blanca de salida.
En las paredes de las diferentes salas hay impresas citas de poetas y escritores relacionadas con la hermandad y con los hitos que centran la muestra, sirviendo como hilo conductor y complementando a las piezas expuestas.

Elementos gráficos de la exposición.
Sala Vanguardia
El imponente techo de palio, diseñado por Herminia Álvarez Udell y realizado en los talleres de los hijos de Miguel Olmo -como el resto de bordados del conjunto- sirve de antesala para el último de los espacios expositivos. José María Ruiz, antiguo hermano mayor de la corporación, comentaba durante la visita guiada que realizaron los asistentes a la inauguración que “el palio se encuentra en muy buen estado de conservación”, pero que “se ha oscurecido mucho” desde que lo restauraron durante su mandato.

Techo de palio.
En la Sala Vanguardia hay un espacio dedicado a piezas que son propiedad de otras hermandades pero tienen algún tipo de relación con la corporación trianera. Es el caso, por ejemplo, del simpecado de la hermandad del Silencio, obra de los mismo artistas que realizaron el palio de la Virgen del Patrocinio y, al igual que este, realizado también en malla.

Simpecado de la hermandad del Silencio.
También se encuentra, de igual modo, la bambalina frontal del antiguo palio de la Virgen, de estilo decimonónico, antes de que la hermandad rompiera frontalmente con lo que se estaba haciendo hasta el momento tanto en diseño como en técnica y materiales.

Bambalina del antiguo palio.
Insignias realizadas por destacados artistas del siglo XX, como Ignacio Gómez Millán, y siguiendo el estilo que marcó la hermandad desde las primeras décadas del mismo, se dan cita también en la exposición. Destaca sobremanera la cruz de guía, una de las más peculiares de las cofradías sevillanas, realizada en carey fileteado de plata de ley.



Ciriales y faroles. Cruz de guía y libro de reglas. Senatus.
Y, por último, el plato fuerte de la exposición: las piezas que conforman el suntuoso paso de palio de la corporación. Este conjunto es un compendio de obras realizadas por los diseñadores, bordadores y orfebres más destacados de la época. Jorge Ferrer Caro, Emilio García Armenta, Fernando Marmolejo y los talleres de los hijos de Miguel Olmo, siguiendo el dibujo de la genial diseñadora Álvarez Udell, llevaron a cabo un proyecto que supuso toda una revolución en la Semana Santa de Sevilla: por su estilo, catalogado de ars nova; y por el soporte sobre el que se bordó para que la luz penetrara en el interior, la malla, siendo la primera pieza de estas características que se realizó.

Respiradero frontal.


Candelería.
Fotografía del palio en 1923.
‘100 años de Patrocinio. 1923-1973-2023’ no es una simple muestra de obras artísticas, sino que estas se explican a través de la devoción y de las connotaciones históricas que propiciaron su realización, poniendo de relieve su importancia dentro del arte sacro sevillano y de la la propia historia de la ciudad.


